Estos días hemos leído en los periódicos la noticia de la expulsión de Fátima, hermana de uno de los presuntos terroristas del atentado de enero del 2005, de la sala de los tribunales, por negarse a declarar sin burka.
Este hecho nos hace reflexionar sobre el poder de las leyes y el poder de la religión. Por una parte el juez solo cumplía las leyes vigentes en este país por lo que Fátima esta incumpliendo las leyes. Pero por otro lado, Fátima solo se deja guiar por "sus leyes", su religión, considerándola más valiosa que las leyes de un país de diferente cultura.
En conclusión, nosotros pensamos que pese a sus creencias, Fátima desde un principio tenía que hacer lo que el juez había dictaminado, ya que cuando vino a este país tenía que ser consciente de lo que suponía.
